
Ernesto vive una difícil etapa en estos días, en realidad en estos últimos meses, las cosas que le han pasado le ha sido muy complicado de asimilar, muchos cambios inesperados, y muchas caretas, usadas según la situación. Le fue muy duro asimilar una ruptura de la manera más difícil, se sintió herido en lo más interno, porque pensó que esa no era la manera de recibir todo lo que había dado: le hubiera bajado la luna a sus pies si es que ella me lo hubiese pedido. Sin embargo ella nunca se lo pidió, en realidad se lo pidió a otra persona, su nuevo enamorado.
No es agradable para nadie acostumbrarse, de nuevo, a la situación de soledad a la que él llegó de manera brusca, de la noche a la mañana abrió los ojos y vio que ella ya no era suya, ahora pertenecía a otro, ese otro que meses atras le juraban que no era nadie en su vida, ese otro con el que siempre le sacó celos. El dolor que sintió en ese momento tuvo que disimularlo, tuvo que hacerse el duro y ponerse la careta de todo me llega, todo me resbala, pero él sabía que no era así, que el dolor que sentía adentro demoraría en sanar (aunque dijera que ya la hubiera olvidado). Navidad y año nuevo fueron las fechas más complicadas para Ernesto, deseaba tener a alguien para abrazar, besar, escuchar, y que sea escuchado, sin embargo encontraba un vacio a su costado y un celular que no sonaba porque ella, suponía él, ya había olvidado su número. Buscó todos los métodos humanamente posibles para olvidarla, trabajar y estudiar al mismo tiempo para mantener la mente ocupada pero el cerebro siempre es traicionero y muchas veces en el momento más inesperada aparecía ella en su pensamiento, trataba de alejarla y se decía que ella ya estaba con otro, que ya no lo quería y que él debería hacer lo mismo.
Después de dos meses, al parecer, el proceso de olvidar había funcionado pero una persona le dijo algo que se le había quedado muy grabado la única manera de olvidar a alguien es que te guste otra persona, y él se preguntaba quién podría aparecer, quien sería la nueva chica que pudiera hacer borrar a aquella que meses antes le había dejado un vacio sentimental; la buscó en el trabajo, no la encontró a pesar que pudo tener algún encuentro, no quizo, la buscó en su instituto de inglés, no había nadie que le llamara la atención. Se cansó de buscar y esperó que Dios decidiera cuando mandarle a alguien y se dedicó a dejar de pensar en su Ex, aún le provocaba un escalofrío cuando lo decía, regresó a la universidad para su último año y sentado en su carpeta vio llegar lo que para él fue la más extraña sensación que pudiera haber sentido en meses, sabía quien era, sabía cómo era, sabía lo que ella sentía por él...pero no sabía lo que ella podía despertar en él, no sabía el sentimiento que ella desataría. No, se dijo, con ella no puede ser, era imposible para él que ella fuera la persona que sería la responsable de olvidar a su Ex, la que ahora ocuparía su cabeza y fuera la culpable de esa extraña sensación en el estomago y no porque no fuera buena para él, si no porque era prohibida, al extremo de tener que verla como un hombre, sin embargo ahí estaba, despertando las ilusiones de Ernesto, diciendole que esa frase era cierta, ella había logrado que olvidara a su Ex, y ahora empezaban los nuevos dilemas de Ernesto...¿Conquistar u olvidar?...
No es agradable para nadie acostumbrarse, de nuevo, a la situación de soledad a la que él llegó de manera brusca, de la noche a la mañana abrió los ojos y vio que ella ya no era suya, ahora pertenecía a otro, ese otro que meses atras le juraban que no era nadie en su vida, ese otro con el que siempre le sacó celos. El dolor que sintió en ese momento tuvo que disimularlo, tuvo que hacerse el duro y ponerse la careta de todo me llega, todo me resbala, pero él sabía que no era así, que el dolor que sentía adentro demoraría en sanar (aunque dijera que ya la hubiera olvidado). Navidad y año nuevo fueron las fechas más complicadas para Ernesto, deseaba tener a alguien para abrazar, besar, escuchar, y que sea escuchado, sin embargo encontraba un vacio a su costado y un celular que no sonaba porque ella, suponía él, ya había olvidado su número. Buscó todos los métodos humanamente posibles para olvidarla, trabajar y estudiar al mismo tiempo para mantener la mente ocupada pero el cerebro siempre es traicionero y muchas veces en el momento más inesperada aparecía ella en su pensamiento, trataba de alejarla y se decía que ella ya estaba con otro, que ya no lo quería y que él debería hacer lo mismo.
Después de dos meses, al parecer, el proceso de olvidar había funcionado pero una persona le dijo algo que se le había quedado muy grabado la única manera de olvidar a alguien es que te guste otra persona, y él se preguntaba quién podría aparecer, quien sería la nueva chica que pudiera hacer borrar a aquella que meses antes le había dejado un vacio sentimental; la buscó en el trabajo, no la encontró a pesar que pudo tener algún encuentro, no quizo, la buscó en su instituto de inglés, no había nadie que le llamara la atención. Se cansó de buscar y esperó que Dios decidiera cuando mandarle a alguien y se dedicó a dejar de pensar en su Ex, aún le provocaba un escalofrío cuando lo decía, regresó a la universidad para su último año y sentado en su carpeta vio llegar lo que para él fue la más extraña sensación que pudiera haber sentido en meses, sabía quien era, sabía cómo era, sabía lo que ella sentía por él...pero no sabía lo que ella podía despertar en él, no sabía el sentimiento que ella desataría. No, se dijo, con ella no puede ser, era imposible para él que ella fuera la persona que sería la responsable de olvidar a su Ex, la que ahora ocuparía su cabeza y fuera la culpable de esa extraña sensación en el estomago y no porque no fuera buena para él, si no porque era prohibida, al extremo de tener que verla como un hombre, sin embargo ahí estaba, despertando las ilusiones de Ernesto, diciendole que esa frase era cierta, ella había logrado que olvidara a su Ex, y ahora empezaban los nuevos dilemas de Ernesto...¿Conquistar u olvidar?...